Los síntomas suelen aparecer a las 48 horas de efectuado el
contagio y la mayoría de los afectados se recuperan en una o dos semanas sin
necesidad de recibir tratamiento médico. Sin embargo, en niños pequeños,
personas de edad y personas aquejadas de otras afecciones médicas graves, la
infección puede conllevar graves complicaciones, provocar neumonía e incluso
causar la muerte.
Transmisión.
Se transmite por contacto con secreciones de personas infectadas a través de las gotitas que se diseminan al toser o estornudar y de superficies u objetos contaminados con estas secreciones.
Síntomas.
Esta enfermedad se manifiesta con:
- Fiebre mayor a 38 º C.
- Tos.
- Congestión nasal.
- Dolor de garganta, de cabeza y muscular.
- Malestar generalizado.
En los niños pueden
presentarse también:
- Problemas para respirar.
- Vómitos o diarrea.
- Irritabilidad o somnolencia.
- Ante estos síntomas, es necesario consultar al centro de salud para recibir atención médica.
Prevención.
Para evitar el contagio, es importante:
- Lavarse frecuentemente las manos con agua y jabón.
- Al toser o estornudar, cubrirse la boca y nariz con un pañuelo descartable o con el ángulo interno del codo.
- Tirar a la basura los pañuelos descartables inmediatamente después de usarlos.
- Ventilar los ambientes y permitir la entrada de sol en casas y otros ambientes cerrados.
- Mantener limpios picaportes y objetos de uso común.
- No compartir cubiertos ni vasos.
- Enseñar a los niños a lavarse frecuentemente las manos en la escuela y hogar.
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